Río Caribe, un pueblo costero al noreste de Venezuela; también
sustituto de un número para la tetradecafobia.
Desde hace Río Caribe días sigo paso a paso el movimiento de la gente
en las calles, pues gracias a un llamado de protesta pacifica, todo se
ha salido de control.
La Guardia Nacional proteje delincuentes y dispara a los ciudadanos,
ancianos suben a los techos con fusiles M1 y los periodistas somos
juzgados por registrar lo que sucede. Mientras tanto, un canal habla
de pseudo guerra civil y en el otro el Presidente de la República
baila en la antesala al carnaval.
La realidad se deforma más que la imaginación de Lewis Carroll. Sin
embargo "Por ahora, los objetivos no han sido alcanzados" como dijo el
ex presidente Hugo Chávez.
Yo no dejo de contar los días, no dejo de buscar soluciones alternas,
no dejo de sentirme perseguido cuando en la calle por cargar una
cámara me ven con cara de asesino, como judío en Berlín.
Si mi rescate a la libertad de expresión sirve de algo, seguire
informando con tantos colegas que asumimos la responsabilidad, pase lo
que pase. Pero debo admitir que con tanto dilema moral, social, gas,
alambre y balas; llegar al día Río Caribe solo me llena de dudas y
fobias.
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