Venezuela,
un país sin normas, una nación con fuerte crisis moral. La existencia de los
códigos queda rezagada junto a las tesis como elementos decorativos en las
bibliotecas, el ideal pierde sentido, y el sentido su significado.
Todas
las ciencias provienen de la filosofía, y a su vez, los científicos están
atados en el sentido teórico a sus normas. “El periodista está obligado a
respetar y defender la verdad, la libertad de expresión y el desarrollo
autónomo e independiente de nuestro pueblo.” (CNP, 2013). “Ese básico
reconocimiento recíproco entre las personas es el elemento vital sin el que una
persona no podrá llegar al conocimiento de la verdad” (Gonzales Ávila, 2002).
Para
la Real Academia Española, la ética es la “Parte de la filosofía que trata de
la moral y de las obligaciones del hombre”, pero nunca se especifica quien
impone dichas obligaciones ¿La sociedad? Si finalmente es la ciencia quien la
estructura e intenta comprender. Profundizar en la ética es un viaje dentro del
vórtice de la utopía.
Una
de las dudas más grandes surge a partir de la existencia de la metodología
cualitativa como carácter científico ¿Cómo medir las cualidades de forma
exacta? Y más curioso aún ¿En base a qué se puede evaluar? Se generan más preguntas
que respuestas, pero finalmente es el objetivo de la ciencia, fomentar la
investigación para obtener la verdad en medio de tantas realidades.
Si
el periodista realmente pudiera enfrentar a su directiva administrativa,
comercial o ideológica, las cosas tendrían un poco más de sentido, tal como si
el investigador pudiera generar un cambio en contra del flujo dominante del
pensamiento, la evasión. La ética resulta solo un código ideal en un país en
crisis, la moral parece estar demás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario